Mayo 2024

Este mes queremos celebrar a una de las presencias esenciales del Hollywood dorado: el gran James Stewart. Iniciada en los años 30, su carrera se extendió por más de medio siglo con más de 70 películas e involucró un trabajo junto a algunos de los directores más importantes de la época.

Jimmy nació el 20 de mayo de 1908 en Indiana, Pensilvania, y se graduó en Princeton, donde dio sus primeros pasos en la actuación. En 1932 tuvo su debut en Broadway y pronto firmó contrato con MGM. Su primera pequeña aparición llegó con The Murder Man (1935) protagonizada por Spencer Tracy.

Como MGM no le prestaba demasiada atención, empezó a ser cedido a otros estudios, por ejemplo en la comedia romántica de Universal Next Time We Love (1936), que sí captó la atención de los ejecutivos de MGM. Tras varios papeles secundarios, y una exploración del musical en Born to Dance (1936), tuvo su primer rol protagonista con Speed (1936). Sus siguientes películas incluyeron varios éxitos, como el drama de Sam Wood Navy Blue and Gold (1937).

En 1938 trabajó junto a Ginger Rogers en Vivacious Lady. Ese mismo año llegó el rol que lo convertiría finalmente en estrella: el de You Can’t Take It With You (1938) de Frank Capra. Con este director trabajaría en dos oportunidades más, una de ellas al año siguiente en Mr. Smith Goes to Washington (1939). La posibilidad de interpretar roles más complejos le sirvió para demostrar su amplitud y conectar mejor con el público.

La década siguiente lo encontró reunido en la pantalla con su amiga Margaret Sullavan en la comedia romántica de Ernst Lubitsch, The Shop Around the Corner (1940), una de las películas más influyentes del género. Ese mismo año, dio una interpretación inolvidable junto a Katharine Hepburn y Cary Grant en la comedia The Philadelphia Story, de George Cukor.

Desde 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, Jimmy sirvió en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y no realizó películas hasta su retorno a la pantalla en 1946, de la mano de Capra, con la extraordinaria It’s a Wonderful Life (1946), hoy convertida en un clásico del cine.

En 1948, comenzó una colaboración con el director Alfred Hitchcock que resultaría muy fructífera y le daría una nueva imagen en la pantalla tras su retorno de la guerra. Esta colaboración incluye cuatro películas, varias de ellas consideradas dentro de las mejores del cineasta. Juntos trabajaron en Rope (1948), Rear Window (1954), The Man Who Knew Too Much (1956) y Vertigo (1958).

Además del suspense, en esta época el actor comenzó a explorar el western de la mano de Anthony Mann, en películas como Winchester ’73 (1950), The Naked Spur (1953), and The Man from Laramie (1955). Con el director trabajó en 8 oportunidades, incluyendo The Glenn Miller Story (1954), una biopic sobre el líder de banda protagonizada junto a June Allyson.

Durante los 60, continuó explorando personajes moralmente más ambiguos dentro del western en sus trabajos junto al maestro del género, John Ford. Jimmy realizó tres películas con el director: Two Rode Together (1961), The Man Who Shot Liberty Valance (1962) -protagonizada también por John Wayne- y Cheyenne Autumn (1964).

A medida que entraba en los años 70, Jimmy mantuvo su presencia principalmente en televisión y en el cine con papeles selectos, incluyendo Airport ’77 (1977). Su última participación en la gran pantalla fue en la película animada producida por Spielberg An American Tail: Fievel Goes West (1991), donde prestó su voz a un personaje.

Habiendo trabajado con algunos de los directores más importantes del período clásico como Alfred Hitchcock, Frank Capra y John Ford, y en una gran variedad de géneros y estilos, su carrera refleja una capacidad única para conectar con el público a través del humor, el romance y el drama. Cuando visitamos el cine clásico no podemos evitar toparnos con él, y una vez que lo conocemos no podemos evitar quererlo.

«Quiero ser un bailarín mientras pueda. Voy a dejar mis huellas en las arenas del tiempo» canta Fred Astaire en esta secuencia y podemos dar fe de que lo ha hecho. En el musical The Belle of New York (1952), Fred nos deleita con, probablemente, uno de sus mejores y más simbólicos números bajo la canción I Wanna Be a Dancin’ Man, zapateando sobre arena al mejor estilo vaudeville.

Reseña de Mery Linares

@meryandthemovies

En 1934, sin saberlo en aquel entonces, se fundaba uno de los géneros más nobles que el Hollywood dorado nos ha concedido: la screwball comedy, conocida en español como comedia alocada. It Happened One Night de Frank Capra fue una de las primeras películas en poner el foco en la tensión entre las diferentes clases sociales y los sexos, enfrentándose al recientemente impuesto Código Hays y sus numerosas barreras.

Sin embargo, cuando rastreamos los orígenes de este género, rara vez nos detenemos en su prima hermana: Twentieth Century. Esta joya del gran director Howard Hawks posee toda la anatomía del género llevada al extremo. Además, fue la primera película sonora del cineasta tras un extenso trabajo en comedias durante la era del cine mudo. Es hora de levantar la cortina de hierro a esta obra para poder vislumbrar las estrellas que la hicieron. 

Si hablamos de hallazgos afortunados de aquella época, Twentieth Century es uno de ellos. La trama está basada en una obra de Broadway que pasó sin pena ni gloria llamada «Napoléon en Broadway». Como a Hawks le interesaban esos materiales donde todavía había esperanza, una vez que lograron adaptar el material comandado por Ben Hecht y Charles MacArthur, aceptó rodar la película en menos de un mes con Columbia Pictures, regenteado por Harry Cohn en aquel entonces.

Pero lo mejor no queda ahí. Como buen olfateador de talentos que era Hawks, apostó por la joven Lombard, quien hasta ese entonces solo había hecho papeles secundarios. El mismo Hawks confesó en una entrevista con Peter Bogdanovich que eligió a Lombard al verla en una fiesta y se quedó encantado por su naturalidad y la gracia que tenía para ser cómica. Así que se decidió por Lombard para que le dé vida a Mildred Plotka, una actriz moldeada para convertirse en estrella que luego sería bautizada como Lily Garland, una simetría perfecta con su propia carrera ya que esta película fue la que la llevó al estrellato.

Como bien creía Hawks, para vertebrar la anatomía de una comedia no se trata de intentar ser hilarante, se trata de serlo. Así es como el cineasta terminó eligiendo una de las personas más histriónicas que existían en el arte de la actuación: el querido John Barrymore.

Aunque venía de hacer puros dramas, en Twentieth Century encarnó a Oscar Jaffe, un director de Broadway, en una de las actuaciones más divertidas, jocosas e hilarantes y todos esos adjetivos que se necesitan para describir el poder que tienen sus expresiones faciales o una línea dicha por él que al recordarlas uno no puede evitar reírse con solo pensarlas. ¿Acaso una línea como ¡QUÉDATE DONDE ESTÁS, JU-DAS IS-CARI-OT!! podría ser tan graciosa? Dicha por Barrymore, lo es. Pero como si fuera poco, Barrymore hasta se disfraza. Cada gesto, cada expresión, cada pose del actor sostiene la película. 

Gran parte del relato se compone de procesos y cambios. Por un lado, tenemos al personaje de Lombard que se convierte en una estrella de Broadway y luego de esa transformación decide aventurarse en Hollywood. Por otro, tenemos al personaje de Barrymore que de ser un gran director se transforma en un gran perdedor. Todos estos cambios están plasmados simbólicamente en el movimiento geográfico y físico que hay en el film.

Gran parte de esta película se lleva a cabo en un tren, de hecho la película toma la denominación de ese tren que existía en aquel momento que viajaba entre Chicago y Nueva York. Este medio le otorga el movimiento constante y adrenalina que hay entre estas dos personas que se aman y se odian por igual, pero sobre todo sería el puntapié del ADN que caracterizaron a las comedias de Hawks: ese ajetreo insistente tanto de palabras como hechos. 

Si bien Bringing up Baby (1938) y His Girl Friday (1940) son las comedias más valoradas de Hawks, hay que destacar que en Twentieth Century tiene lo que mejor sabía capturar el director: chispas entre ambos sexos pintados como agua y aceite y marcados por diálogos acelerados y filosos. 

El gran legado de esta película es su primer acto, en el cual nos adentramos al mundo del teatro y conocemos los pormenores de montar una obra, donde realmente nos impregnamos del mundo detrás del telón. Como decía Lily Garland: «Esa es la cuestión contigo, Oscar. Con los dos. No somos personas, somos litografías. No sabemos nada sobre el amor a menos que esté escrito y ensayado. Solo somos reales entre bambalinas».

Twentieth Century nos salpica de la realidad del espectáculo y nos afirma que la verdadera anatomía de una comedia es la que logra sacar la frescura cómica natural de sus actores. Y si no, Dinga-linga-ling, a probar otra vez.

Nacido el 3 de mayo de 1903 en Tacoma, Washington, Bing Crosby es una de las figuras más influyentes y relevantes de la música popular del siglo XX. Con una carrera de más de cinco décadas, más de 70 películas y más de 1600 canciones, se consagró como una de las voces más trascendentes del jazz y del pop tradicional.

Su carrera comenzó en la década de 1920 formando actos en distintas bandas y grupos vocales. En 1925, empezó a trabajar junto a Al Rinker y pronto el director de banda Paul Whiteman los reclutó como intervalo de su orquesta. Harry Barris se sumó en el piano al grupo en 1927 y juntos formaron el trío The Rhythm Boys. Con el grupo, Bing empezó a trabajar con una gran variedad de artistas, incluidos los hermanos Dorsey y Hoagy Carmichael, y tuvo su debut en cine con el musical pre-code King of Jazz (1930), protagonizado por Paul Whiteman.

En 1931, Bing comenzó su carrera como solista, firmó sus primeros contratos de radio y grabación y su voz empezó a escucharse a nivel nacional. Entre sus primeros éxitos se encuentran Out of Nowhere, Just One More Chance y I Found a Million Dollar Baby (in a Five and Ten Cent Store). Al surgir esencialmente detrás del micrófono, su estilo no necesitaba proyectar hasta los últimos acientos de un teatro, como era el caso de otros cantantes de la época, y apostó a un sonido más íntimo y conversado (tal vez, ¿el primer crooner?).

En la década siguiente, tras la irrupción de la guerra, fue su grabación de White Christmas de Irving Berlin lo que lo catapultó al estrellato mundial. La canción se escuchó por primera vez en la radio el día de Navidad de 1941 y apareció al año siguiente en la película Holiday Inn, así como en el musical que lleva el mismo nombre de 1954. La versión de Bing de White Christmas es hasta el día de hoy el single más vendido de todos los tiempos y la canción insignia del cantante.

Además de la música, los años 30 y 40 lo vieron protagonizando el ámbito de la pantalla grande. Recibió un Oscar por su actuación en el musical Going My Way (1944) de Leo McCarey y fue nominado por su trabajo en la secuela The Bells of St. Mary’s (1945), protagonizada también por Ingrid Bergman. Bing formó parte también la famosa serie de películas Road to… junto a Bob Hope y Dorothy Lamour, que fueron tremendamente populares y demostraron su habilidad para la comedia.

Entre sus múltiples colaboraciones con los mejores artístas del género, encontramos su colaboración de años con Louis Armstrong, con quien trabajo tanto en el estudio de grabación como en la pantalla grande. Su trabajo en el film High Society (1956) nos dejó una de las mejores muestras del distintivo fraseo de Bing en el número Now You Has Jazz. En 1960, grabaron el exitoso álbum Bing & Satchmo, con arreglos de Billy May y un grupo de canciones que rememoran los primeros tiempos del jazz.

A lo largo de su carrera, Bing estuvo involucrado en muchos aspectos de la producción y el desarrollo de la industria del entretenimiento. Fue uno de los primeros en adoptar las técnicas de grabación con cinta magnética, e incluso financió la creación del primer grabador de video con cinta para la televisión.

Aunque con menor frecuencia, en los años posteriores se mantuvo activo en la industria hasta su muerte en 1977. Su legado es excepcional no solo por sus contribuciones a la música y al cine, sino por su impacto e influencia en la cultura popular. Con un estilo único y un carisma natural, su voz sigue siendo una de las más reconocibles y queridas en la historia de la música. Sus hermosas interpretaciones y su transformación en el canto popular son solo algunos de los aspectos por los cuales siempre lo vamos a seguir celebrando.

Bing también fue el protagonista de lo más escuchado durante mayo de 1944, con dos hits en simultáneo, ambas junto a la orquesta de John Scott Trotter: I Love You de Cole Porter y San Fernando Valley de Gordon Jenkins.

I Love You

Single más vendido en Estados Unidos en mayo de 1944.

San Fernando Valley

Single más escuchado en las máquinas de discos de mayo de 1944.

Un clásico del technicolor de Disney y un punto trascendente en la historia de la animación. Los tres cerditos se estrenó el 25 de mayo de 1933 en el Radio City Music Hall de Nueva York y fue un éxito rotundo. Parte de ese éxito sin dudas tuvo que ver con un entendimiento clave para los animadores de Disney: las animaciones tienen que convocar al público a través de historias que interpelen sus emociones.

Otro hecho excepcional del corto fue su canción insignia, Who’s Afraid of the Big Bad Wolf?, que se convirtió en un himno para los norteamericanos que atravesaban las consecuencias de la Gran Depresión.

No Man of Her Own (1950) - Mitchell Leisen
El póster pertenece a su correspondiente autor o propietario.

Reseña de Leandro A. Cuellar

@leandroacuellar

No Man of her Own (1950) es un film noir dirigido por Mitchell Leisen. Cuenta con una interpretación sobresaliente de Barbara Stanwyck, como nos tiene acostumbrados. La actriz, sólo tres años antes, había participado en el noir The Two Mrs. Carrolls (1947) con Humphrey Bogart. También en el reparto de este ingenioso noir de 1950 se encuentran John Lund y Lyle Bettger, entre otros.

Helen Ferguson (Barbara Stanwyck) es abandonada embarazada por su engreído y mal viviente novio, Steven Morley (Lyle Bettger). Por imposición de Morley, viajará en tren a Nueva York y conocerá, en el viaje, a los Harkness, un joven matrimonio que también espera un hijo. Sin embargo, el tren descarrila y el matrimonio fallece.

A partir de allí, Helen será confundida con la esposa de Harkness por una familia de clase acomodada que la espera, dado que no conocían a la esposa de su hijo Hugh. Cuando parece que nada podría salir mal, todo se complica con la reaparición de Steven Morley en su vida.

Steven Morley construye el invisibilizado estereotipo del hombre fatal en el film noir. A diferencia de una mujer sin escrúpulos, como estamos acostumbrados a ver en el género, se nos presenta un hombre que, con su belleza física y su capacidad seductora, es capaz de manejar a las mujeres a su antojo. 

No Man of her Own es un film noir que se caracteriza por un buen manejo de la intriga y el suspenso. Subrayamos el gran trabajo de construcción del personaje por parte de Stanwyck. Por su parte, Mitchell Leisen nos brinda la dirección de un lúcido relato que lleva al espectador a no despistarse ni un minuto de la pantalla.

Jane Morgan es parte de aquel puñado de artistas de antaño con el que tenemos la dicha de convivir en este ámbito terrenal. Este año, el 3 de mayo, Jane cumplió 100 años. Lo celebramos con esta hermosa interpretación de What Now My Love, la popular canción de Gilbert Bécaud que toma la base rítmica del Boléro de Ravel.

Dial M for Murder (1954) – Tráiler y reseña

Intriga, suspenso y maestría en la dirección de cámara son todos elementos a los que el director Alfred Hitchcock nos tiene acostumbrados. Y Dial M for Murder, protagonizada por Ray Milland y Grace Kelly, no es la excepción. Te invitamos a ver el tráiler y leer nuestra reseña de este gran thriller del maestro del suspenso.

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