Nacido el 3 de octubre de 1898, Leo McCarey fue un director, guionista y productor con más de 200 películas que realizó su trabajo más influyente entre los años 30 y 50. La comedia y el melodrama son dos géneros en los que McCarey hizo historia, siempre involucrándose en todos los aspectos de la producción, desde el guion y el reparto, hasta la edición y la dirección.
Se inició en 1919 como asistente de dirección, nada menos que de Tod Browning. Durante la era silente del cine, trabajó escribiendo y dirigiendo gags cómicos para cortos y largometrajes de humor físico, uno de los géneros esenciales del cine mudo.
En la productora Hal Roach Studios, McCarey dio origen a uno de los dúos cómicos más importantes de todos los tiempos: Stan Laurel y Oliver Hardy. Fue él quien tuvo la idea de juntarlos y quien orientó sus personajes en pantalla. Con el dúo dirigió los cortos We Faw Down (1928), Liberty (1929) y Wrong Again (1929), además de escribir múltiples guiones y supervisar muchas otras películas.
Con la llegada del sonido en los años 30, continúa explorando la comedia ahora con la centralidad del guion, y trabaja con algunas de las más grandes estrellas de la época, como Gloria Swanson en Indiscreet (1931) y Mae West en Belle of the Nineties (1934). La nueva década lo une con otro grupo cómico alucinante: los hermanos Marx en Duck Soup (1933).
En los años posteriores, McCarey ayudó a moldear uno de los géneros estrella de los años 30: la screwball comedy. Aquí destaca The Awful Truth (1937), protagonizada por Cary Grant e Irene Dunne, que cubre la temática habitual en el género de la pareja divorciada que vuelve a encontrar el amor. La película fue clave en la consolidación de la imagen de Cary Grant y constituye uno de los ejemplares más genuinos del género.
Durante los años 40, su interés giró hacia dramas de temática social como Going My Way (1944), con Bing Crosby en el rol de sacerdote que vuelve a interpretar al año siguiente en The Bells of St. Mary’s (1945), también de McCarey, junto a Ingrid Bergman. Ambas fueron muy exitosas entre el público.
Los años posteriores vieron a un McCarey menos prolífico pero igual de impactante. En 1957, dirigió la inolvidable An Affair to Remember, con Cary Grant y Deborah Kerr. La película es una remake en technicolor de Love Affair, historia que McCarey había dirigido en 1939 con Irene Dunne y Charles Boyer como los protagonistas. Ambas dan cuenta de la historia romántica por antonomasia, con uno de los finales más inspiradores con los que cualquier melodrama pueda soñar.
Tal vez menos recordado que otros directores de la época, Leo McCarey fue un maestro de maestros. A él le debemos Laurel & Hardy, el Cary Grant que más conocemos y, probablemente, la película más romántica de todos los tiempos. Su filmografía nos permite disfrutar del cine mientras apreciamos un impecable trabajo atento a todos los detalles que forman su magia cinematográfica.