Enero 2024

Fotografía retrato de Danny Kaye

El 18 de enero de 1911 nacía uno de los grandes comediantes y más completos artistas que nos dejó el Hollywood dorado. Nacido como David Daniel Kaminsky en Brooklyn, Nueva York, Danny Kaye se destacó como un actor versátil tanto en el teatro como en cine y televisión. A lo largo de su extensa carrera, la pantomima y la comedia física fueron protagonistas en su desarrollo como comediante.

Danny dio sus primeros pasos en el mundo del vaudeville. En 1933, se unió a un acto de bailarines con el que realizó giras por Estados Unidos y Asia. En el ambiente del teatro ambulante cultivó su talento antes de dar el salto a Broadway y a la pantalla grande. En las tablas, obtuvo un gran éxito con el musical Lady in the Dark de 1941 y adquirió popularidad principalmente por el número Tschaikowsky (and Other Russians), una canción que implicaba cantar a gran velocidad una larga lista de nombres de compositores rusos.

Su primer protagónico en cine llegó en 1944 con el musical Up in Arms, también protagonizado por Dinah Shore y producido por Samuel Goldwyn. Entre 1945-1946, condujo su propio programa de radio para la CBS entre cuyos escritores se encontraba su esposa Sylvia Fine, compositora, letrista y productora con la que Danny había empezado a trabajar en los años 30. Ella fue clave en el desarrollo de su carrera, ya que compuso numerosas canciones con trabalenguas que le dieron mucha popularidad.

Durante las décadas de 1940 y 1950, Danny Kaye consolidó su presencia en la pantalla grande. Algunas de sus películas más destacadas incluyen The Secret Life of Walter Mitty (1947), The Inspector General (1949), Hans Christian Andersen (1952) y The Court Jester (1956). La música también fue parte importante de su carrera durante esos años, en los que grabó varias canciones que alcanzaron los primeros puestos de los rankings. Por ejemplo, en 1947, se asoció con The Andrews Sisters y juntos grabaron la exitosa Civilization (Bongo, Bongo, Bongo).

En el clásico navideño White Christmas (1954), dirigido por Michael Curtiz y co-protagonizado por Bing Crosby, Rosemary Clooney y Vera-Ellen, somos testigos del amplio talento de Danny para el musical, la comedia y el entretenimiento. Encarnando al extremo la definición de triple-threat, demostró que podía cantar a la par de sus compañeros, bailar complejas coreografías junto a Vera y hasta hacer que Bing haga lip-sync en broma frente a las cámaras.

En 1959, compartió pantalla con Louis Armstrong en The Five Pennies, en la que interpretó al músico de jazz Loring «Red» Nichols. Su última aparición en la pantalla grande fue diez años más tarde, en la sátira The Madwoman of Chaillot (1969), protagonizada por Katharine Hepburn y Charles Boyer.

Durante la década de 1960, llevó su programa de variedades, The Danny Kaye Show, a la pantalla chica y estuvo al aire entre 1963 y 1967. En esta época, a pesar de no saber leer música, incursionó en la dirección de orquesta y fue elogiado por directores de renombre por su habilidad para extraer lo mejor de una orquesta. Su carrera continuó principalmente en apariciones en la pantalla chica, tanto como invitado en programas de variedades como en la ficción, hasta sus últimos días.

A través de sus películas, su música y su humor, el legado de Danny se mantiene vivo hasta el día de hoy. Su ingenio cómico y habilidades musicales marcaron un talento único en una figura que supo llegar al corazón del público alrededor de todo el mundo.

Póster de The Shop Around the Corner

Reseña de Mery Linares

@meryandthemovies

Nos trasladamos a las calles de Budapest en Hungría, donde se encuentra una tienda de regalos supervisada por un dueño un poco irascible llamado Hugo Matuschek, interpretado por nada más ni menos que Frank Morgan (el mago en The Wizard of Oz). Allí también se encuentra un grupo de empleados, entre ellos el gran James Stewart que interpreta a Alfred Kralik, el mejor vendedor y casi mano derecha del dueño. 

Pronto aparece una encantadora Margaret Sullavan que interpreta a Klara Novak, quien necesita desesperadamente ganarse la vacante del puesto de vendedora. En ese momento, el bazar será testigo de un encuentro entre dos almas solitarias donde la tensión entre sus diálogos y miradas será parte de su rutina. James Stewart y Margaret Sullavan actúan por tercera vez juntos de un total de cuatro films y lo cierto es que esta dupla era muy amiga cuando las cámaras se apagaban ya que se conocían desde sus comienzos en el teatro cuando asistían a la universidad. Es por eso que el director insistió tanto en esta pareja cinematográfica. 

Quien firmó con MGM para darle vida a The Shop Around the Corner fue el director Ernst Lubitsch, que ya había trabajado con la productora en la película Ninotchka (1939), donde dirige a una espectacular Greta Garbo en una cinta que se convirtió en un gran éxito.

Lubitsch fue un cineasta exiliado de Alemania que le impregnó al Hollywood dorado su propio sello: el romanticismo y un humor sofisticado. Pero, en esta cinta compuso una tienda singular que se convierte en un lugar de ensueño en medio de una Europa atravesada por la guerra. 

A través de la puesta de escena, el director convierte ese lugar en un terreno sin geografía en el que cualquiera puede sentirse identificado. Además, tiñe esta historia de una humanidad aún más cercana que la de todas sus obras. De toda su filmografía, esta película siempre estuvo en el corazón del director ya que le recordaba a sus vivencias de niño. En la época de su niñez, el cineasta trabajó en una tienda similar a la de la historia, en la sastrería de su padre en Berlín.

La cinta tiene más de 80 años y aún así continúa siendo una de las favoritas para acompañar la navidad, no solo por el hecho de que hay una escena en la que los personajes de James Stewart y Margaret Sullavan preparan la decoración del árbol de Navidad en la tienda, sino más bien por la capacidad del realizador de capturar en el film los distintos sentimientos que florecen en ese tiempo, desde la materialización de la soledad hasta la abundancia de la esperanza en el ambiente. 

Además, El bazar de las sorpresas ha sido fuente de inspiración para otros artistas, como lo fue para Nora Ephron para su preciada Tienes un e-mail, otra comedia romántica en la que también hay tiendas como escenarios para el romanticismo. Asimismo, hay dos personajes entrañables como el de Meg Ryan y Tom Hanks que atraviesan el mismo camino del odio al amor, hay navidad y hay escenas que honran los encuadres narrativos de Lubitsch, como la clásica escena del bar en el que tanto Klara (Sullavan) y Kathleen (Ryan) están en una cita a la espera de su compañero con el que se escriben mensajes para finalmente revelar ambos su identidad. Sin embargo, ambas son interrumpidas en su cita por su adversario, en este caso Alfred (Stewart) y Joe (Hanks), respectivamente. Ambos se sientan de espaldas de las mujeres y, en ese encuadre, Lubitcsh plasma su legado, la simbología de la puesta en escena. En este caso, los personajes de espalda elevan el sentido de que los cuatro personajes se camuflan a través de la pluma. 

Esa es la gran sorpresa que esconde esta obra de Lubitsch: la visión que el cineasta tenía sobre el romanticismo, un ideal que a veces necesitamos plasmarlo en el papel, con las palabras como herramientas sólidas de quienes verdaderamente somos. En ese mecanismo entre Alfred y Klara, quienes vuelven a sus hogares después de un día largo de trabajo para agarrar la pluma y el papel y depositar su corazón en él, Lubitsch nos demuestra el poder de escribir para reflejar el alma y como puente de conexión para trazar lazos que, cuando se devela la identidad, el beso más simple se siente como lo más puro y honesto. Nunca un ‘eres tú’, una mirada cómplice y un beso que respiraba idilio se sintió tan real como en la última escena de The Shop around the Corner con la que decide cerrar la historia Ernst Lubitsch.

Escena final de The Shop Around the Corner

Si vieron The Wizard of Oz (1939), entonces conocen a este gran artista del vaudeville y teatro musical. Ray Bolger es muy recordado por su rol del Espantapájaros en la fantasía musical de Victor Fleming, pero ya tenía su trayectoria en Broadway al momento de filmar la película. A continuación, podemos disfrutar de todo su talento para el tap en este fragmento del musical de MGM The Harvey Girls (1946), protagonizado por Judy Garland.

Fotografía publicitaria de Elvis Presley para Jailhouse Rock

Es muy probable que el músico destacado de este mes sea muy conocido por el lector, ya que se trata de una de las figuras más significativas de la músical popular del siglo XX. Nos referimos al icónico Elvis Presley, nacido el 8 de enero de 1935 en Tupelo, Mississippi.

Inspirado por su amor por la música country y gospel, Elvis dio inicio a su carrera musical en los años 50. Combinando el rock and roll, el rhythm and blues y el country, fue pionero en el género conocido como rockabilly y su sonido distintivo lo catapultó a la fama rápidamente.

Junto a Winfield «Scotty» Moore en la guitarra y a Bill Black en el contrabajo, formó su primera banda y grabó sus primeros singles: That’s All Right y Blue Moon of Kentucky. En 1954, comenzaron sus primeras presentaciones en espectáculos y programas de radio locales y las reacciones del público frente al ritmo de la música y los particulares movimientos de Elvis sobre el escenario no tardaron en surgir.

Durante el periodo de 1956 a 1958, Elvis experimentó un destacado avance comercial y algunas controversias. En 1956, realizó sus primeras grabaciones para RCA Victor en Nashville, que incluyeron el single Heartbreak Hotel, canción que llegó a vender un millón de copias. Pronto llegaron las primeras apariciones en televisión nacional, al igual que su primer álbum, Elvis Presley, que se ubicó durante diez semanas en el top del ranking de Billboard.

Otras canciones populares de esta época incluyen I Forgot to Remember to Forget, Blue Suede Shoes, Love Me Tender, Don’t Be Cruel y Hound Dog. A pesar de las controversias ligadas a su baile, su popularidad continuó creciendo y devino en tres apariciones en el programa de Ed Sullivan en 1956, que alcanzaron audiencias récord.

Con su reciente éxito en el mundo de la música, Elvis no tardó en llegar a Hollywood, trabajando principalmente en musicales, como Love Me Tender (1956), Jailhouse Rock (1957) y King Creole (1958), de Michael Curtiz. Su carrera en cine se extendió durante la década de 1960.

Tras dos años de servicio militar obligatorio, regresó a los estudios de grabación en 1960 con los singles Stuck on You, It’s Now or Never y Are You Lonesome Tonight, al igual que con un nuevo álbum, Elvis is Back!, publicado en abril de ese año.

Un punto de inflexión en la carrera de Elvis ocurrió en 1968 con su Comeback Special, cuando volvió a cantar en vivo luego de siete años sin presentaciones. Emitido por NBC, el especial mostró a un Elvis distinto con un estilo más personal. Su single If I Can Dream, uno de los momentos más emotivos del especial, y el álbum asociado marcaron su regreso al éxito comercial, que llevó a una larga serie de shows en Las Vegas durante los años siguientes.

La carrera de Elvis Presley desde 1956 hasta principios de la década de 1970 fue una montaña rusa de éxitos, controversias y cambios en su imagen pública. Su capacidad para generar todo tipo de emociones, al igual que su poderosa voz y fuerte presencia en escena, lo coronaron como el Rey del Rock and Roll y lo definieron como una de las figuras más influyentes de la música popular.

Entre 1929 y 1938, los Fleischer Studios produjeron una serie de cortos animados que servían para promocionar canciones populares del momento. Se denominaron Screen Songs y fueron precursores de los videos de karaoke actuales, con una pelotita que rebota sobre la letra de la canción invitando al espectador a cantar. En esta oportunidad, compartimos el corto que incluye la famosa canción Dinah, en la versión de los Mills Brothers.

Póster de la película Niagara

El año 1953 tuvo como protagonista en la pantalla grande a Marilyn Monroe. Además del estreno de Niagara, uno de los mayores éxitos de la 20th Century Fox durante este año, sus dos películas siguientes, Gentlemen Prefer Blondes y How to Marry a Millionaire, fueron aún más exitosas y le otorgaron a la actriz el estatus de estrella.

A diferencia de la mayoría de los film noir de la época, que solían acentuar las posibilidades del blanco y negro, Niagara se filmó en Technicolor y proporciona la paleta visual vibrante que caracteriza a esta técnica de filmación. Esta elección se comprende de inmediato cuado observamos cómo la cámara aprovecha la grandeza de las cataratas para crear una atmósfera visual impactante.

Tanto la majestuosidad de las cataratas del Niágara como la belleza de Marilyn se realzan en el film y constituyen una atracción peligrosa para los protagonistas de la historia. Se trata de un noir diferente con una gran apuesta al despliegue visual.

Reseña de Leandro A. Cuellar

@leandroacuellar

Niagara (1953) de Henry Hathaway es un film noir en color en el que podemos ver a ni más ni menos que a Marylin Monroe como Roose Loomis, una seductora y embustera femme fatale. También el reparto cuenta con Joseph Cotten, Jean Peters y Max Showalter. 

La historia inicia con los Cutler, que van a pasar su luna de miel a las Cataratas del Niágara. Sin embargo, su viaje se verá arruinado por el matrimonio vecino, los Loomis. Tras una serie de episodios turbulentos entre la pareja, pronto descubrimos que Roose engaña a su marido George (Joseph Cotten) y que planea matarlo junto a su amante más joven. Ahora bien, Polly Cutler (Jean Peters), sin quererlo, quedará involucrada en medio de la problemática pareja.

Weller en The New York Times expresó: «Vista desde cualquier ángulo, las cataratas y Monroe dejan poco que desear a un público razonablemente atento». Las cataratas del Niágara nos brindan un paisaje y un final sublime, y sin duda alguna, la presencia de Marylin Monroe en el filme es increíble, se puede observar su gigantesco talento e imponente belleza, sin desmerecer el gran trabajo actoral de una inocente Jean Peters y un perverso Joseph Cotten.

En 1959, Tony Bennett y Count Basie se unieron para crear dos álbumes memorables: In Person! y Strike Up the Band. El último, lanzado bajo el sello de Basie, Roulette, presenta una exquisita selección de estándares que amalgaman la maestría interpretativa de Tony con los vibrantes arreglos de la banda de Basie.

Entre sus breves pero impactantes interpretaciones se encuentran la vertiginosa With Plenty Of Money And You, el clásico Anything Goes y la conmovedora Growing Pains. Esta diversidad de estilos y matices añade una riqueza única a la experiencia musical global del álbum.

La conexión entre estos dos íconos del jazz resulta en un álbum imperdible para los amantes del género, con una fusión de ritmos dinámicos y momentos emotivos que deleitan nuestros oídos.

Connie Francis, una de las principales vocalistas de los años 50 y 60, nos deja una mágica interpretación de la canción I Left My Heart in San Francisco en este episodio de The Ed Sullivan Show, trasmitido el 12 de enero de 1964.

The last of the big belters. En el podio de los dúos más icónicos que produjo la música a lo largo de la historia se encuentra este medley de las maravillosas Ethel Merman y Judy Garland, dos leyendas del musical en todos sus formatos. En este episodio de The Judy Garland Show, sus incomparables voces nos deleitan con una serie éxitos de los compositores Cole Porter e Irving Berlin, incluidas Friendship, Let’s Be Buddies, You’re the Top, You’re Just in Love e It’s De-Lovely.

The Philadelphia Story (1940) – Tráiler y reseña

Esta espectacular comedia del director George Cukor cuenta con un trío actoral imperdible: Cary Grant, Katharine Hepburn y James Stewart. A continuación, podés disfrutar del tráiler subtitulado y leer nuestra reseña de The Philadelphia Story.

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