Billy Wilder

Billy Wilder y Gloria Swanson

¿Por qué estrenar solo una sección nueva cuando podemos estrenar dos? En este caso, nos movemos detrás del lente de la cámara para enfocarnos en todas esas profesiones que hacen posibles las películas pero que no aparecen en pantalla. Para empezar a llenar de a poco esta sección de directores, guionistas y productores, queremos empezar con alguien que era todo eso y más.

Nos referimos al magnífico Billy Wilder, nacido el 22 de junio de 1906 como Samuel Wilder en Austria. Su carrera inició en el ámbito del guion en Berlín a principios de los años 30. Sin embargo, el ascenso del antisemitismo en Alemania lo obligó a trasladarse a Hollywood en 1934.

Su primer gran éxito en la pantalla de Estados Unidos fue con su participación en el guion de Ninotchka (1939), que escribió junto a Charles Brackett y Walter Reisch. En este film trabajó con el maestro Ernst Lubitsch, quien tuvo una amplia influencia en su estilo como director.

Su primera experiencia en la dirección fue con The Major and the Minor en 1942. Con el film noir Double Indemnity (1944) consolidó su reputación como director y obtuvo su primera nominación al Premio de la Academia. Además de dar cuenta de su capacidad para la dirección, el film sirvió para darle forma definitiva al género. Su éxito continuó durante la década con otro noir, The Lost Weekend (1945).

Durante los años 50, Billy desarrolló gran parte de su mejor filmografía. La década comienza nada más y nada menos que con Sunset Boulevard (1950), una historia de Hollywood que devolvió a Gloria Swanson a la pantalla e hizo enojar a algún que otro productor importante.

De estos años también son Ace in the Hole (1951), Sabrina (1954), The Spirit of St. Louis (1957), Love in the Afternoon (1957) y Witness for the Prosecution (1957). También dirigió a Marilyn Monroe en The Seven Year Itch (1955) y redefinió el estándar de las comedias con la maravillosa Some Like It Hot (1959).

En 1960, logró un éxito rotundo con la comedia dramática The Apartment. Entre sus otras películas destacadas se encuentran One, Two, Three (1961), Irma la Douce (1963), Kiss Me, Stupid (1964) y The Fortune Cookie (1966).

Los límites de los géneros se quedan cortos frente a la creatividad de este director que, apasionado por encontrar la palabra justa para el guion y dedicado a generar un poquito de reflexión en su audiencia, encontró en el drama y el humor los elementos dispares que, combinados sin fundirse, conforman una experiencia cinematográfica inolvidable para las grandes masas.

  • Betania Vidal

    Completamente apasionada por el cine clásico y la música de antes. Negada a dejar caer en el olvido a los artistas que ama. Redactora y creadora de Edición Sunset.

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