En 1946, el cine negro unía, por primera vez, a los excepcionales actores Cary Grant e Ingrid Bergman en la película Notorious de Alfred Hitchcock, para elaborar uno de los dúos más icónicos en pantalla. Años después, el destino los volvió a reunir para encarnar una historia totalmente distinta pero con la misma química entre sus personajes. La película es Indiscreet (1958), Indiscreta en español, en la que este par de estrellas vuelve a exponer su carisma y elegancia y a demostrar que son el uno para el otro en la pantalla grande.
El gran coreógrafo y director de los años 1940s y 1950s, Stanley Donen (que nos entregó la gran joya Singing in the Rain), fue el encargado de un proyecto que, aunque se alejaba del estilo de los musicales, no le impedía demostrar su capacidad para capturar la comedia y elaborar grandes estéticas y diseño de producción. Basada en la obra de teatro de Broadway Kind Sir de Norman Krasna, Donen acondiciona la historia original y la traslada a las calles de Londres y acompañan a los protagonistas (Bergman y Grant) un séquito magnífico de actores británicos, como el gran Cecil Parker.
Indiscreet narra la historia de Anna Kalman (Ingrid Bergman),una exitosa actriz de teatro en Londres que no consigue triunfar en su historia sentimental. Anna solo quiere amar y que la amen, estar acompañada y disfrutar del acogedor y colorido departamento que refleja su personalidad. Sin embargo, con las esperanzas desanimadas, una noche, gracias a su cuñado (Cecil Parker), conoce a un apuesto economista de renombre, Phillip Adams (Cary Grant). Tras las fuertes miradas sostenidas entre ambos, los dos personajes se enamoran. Aunque Phillip aparentemente está casado y no logra conseguir el divorcio, él se entalla como un hombre de principios confesando su situación en vez de esconderla y Anna le remata al decirle que evidentemente su honor es más fuerte que su belleza.
Luego, el relato comienza a reflejar el anhelo de estas dos personas de mediana edad con ganas de amar y sobrellevar la distancia que los separa por sus respectivos trabajos. El film consigue registrar hábilmente ese alejamiento de los tórtolos bajo una técnica de pantalla dividida para plasmar el romanticismo innegable de los personajes. Esta técnica luego sirvió de fuente de inspiración para una gran cantidad de films con la misma tonalidad. Por ejemplo, un año más tarde, llegó Pillow Talk, en la que Rock Hudson y Doris Day trazaron la misma simetría para generar el efecto de estar pensando en el otro a través de la distancia y los teléfonos.
La obra simple pero entrañable de Donen es inolvidable por la química entre Ingrid Bergman y Cary Grant, por la extensión actoral de Bergman que puede emanar las líneas más dramáticas como graciosas y, por supuesto, por el talento de Cary Grant que baila y se deja llevar por la música con una gracia electrizante totalmente memorable.
Indiscreet seguirá estoica en la línea del tiempo recordándonos que no hay nada impertinente en desear amar sin importar la edad e independientemente de nuestros miedos al compromiso.