Vivien Leigh es conocida como una de las actrices más lindas y talentosas del cine dorado, una actriz británica que conquistó Hollywood con su talento desbordante y magnético. Su imagen como Scarlett O’Hara en Gone with the Wind (1939) continúa siendo un legado formidable en la historia del cine, pero su vida y carrera abarcan mucho más que eso.
Nacida como Vivian Mary Hartley el 5 de noviembre de 1913 en Darjeeling, India, Leigh demostró desde joven que la grandeza no se mide en centímetros: con apenas 1,60 de altura, brilló como una gigante en el mundo del cine y el teatro. Educada en Europa y con un talento pulido en escenarios londinenses, comenzó a conquistar corazones antes de que Hollywood la descubriera.
Con solo 26 años, y gracias a una visita al set donde su entonces pareja, Laurence Olivier, filmaba Wuthering Heights (1939), Leigh fue presentada al productor David O. Selznick. «Conozcan a Scarlett O’Hara», anunció Myron Selznick al verla en una de esas anécdotas que ahora forman parte del mito de la industria. Esa decisión, que dejó fuera a otras 1,400 aspirantes, le valió a Vivien su primer Oscar y la inmortalidad como la temperamental Scarlett.
Más allá del vestido icónico y los diálogos apasionados con Rhett Butler, Leigh demostró su versatilidad interpretando a Blanche DuBois en A Streetcar Named Desire (1951), un papel que le otorgó su segundo premio de la Academia y confirmó que su genio iba mucho más allá. Era capaz de darle profundidad a personajes complejos, enérgicos y, muchas veces, oscuros.
Vivien no solo vivió bajo los reflectores, sino que también fue una figura intrépida en la vida real. Desde protestar en la Cámara de los Lores hasta lucir una cobra como collar en un viaje a India, su vida fue una mezcla de arte, drama y pasión. Aunque luchó durante muchos años contra la tuberculosis, nunca dejó que la enfermedad apagara su luz.
En esta edición, celebramos a una mujer que redefinió la grandeza en la actuación, una actriz que, como diría Scarlett O’Hara, “mañana será otro día” para volver a recordarla y admirarla.
1. Waterloo Bridge (1940)
- Dirección: Mervyn LeRoy
- Guión: S. N. Behrman, Hans Rameau, George Froeschel
- Producción: Sidney Franklin
- Compañía productora: MGM
- Basada en: la obra Waterloo Bridge (1930) de Robert E. Sherwood
- Año: 1940
Este fue el siguiente papel de Leigh tras su icónica interpretación de Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó. Aunque había mostrado toda su calidad actoral en aquella película, lo que hace Leigh en Waterloo Bridge es terminar de germinar todo su potencial de interpretación de fierro. Leigh encapsula con su mirada toda la sensibilidad, el dolor y el melodrama de su personaje.
A Waterloo Bridge la podemos llamar una especie de trueque. Resulta que MGM había ayudado bastante en la realización de Lo que el viento se llevó, por lo que Selznick aceptó en dar a Leigh como una especie de pago. Esta es una de las razones por la que Leigh participó en una de las películas más románticas de MGM.
En Waterloo Bridge, Vivien da vida a Myra, una bailarina cuya existencia cambia drásticamente debido a decisiones marcadas por el amor. Junto a Robert Taylor, quien interpreta al oficial británico Roy Cronin, Leigh retrata a una mujer dividida entre la entrega emocional y los sacrificios que ello conlleva. La elección de Myra de poner su relación amorosa por encima de su carrera trae consecuencias graves: es expulsada de su compañía de ballet y se ve forzada a enfrentar una dura lucha por salir adelante. Con la Primera Guerra Mundial como telón fondo, el beso que se dan Taylor y Leigh hace que no importe el mañana.
2. That Hamilton Woman (1941)
- Dirección: Alexander Korda
- Guión: Walter Reisch, R. C. Sherriff
- Producción: Alexander Korda
- Compañía productora: London Films
- Año: 1941
Catalogada como un soberbio drama romántico y dirigido por Alexander Korda, Vivien Leigh y Laurence Olivier brillan en una historia de amor marcada por la historia y el escándalo. Ambientada en el contexto de las Guerras Napoleónicas, That Hamilton Woman narra la apasionada y polémica relación entre el oficial de la Guardia Naval Real británica, Lord Horatio Nelson (Olivier), y Emma Lady Hamilton (Leigh), una deslumbrante bailarina de salón.
Cómo no íbamos a recomendar una de las grandes películas que retratan no solo la honesta pasión que sentían esta pareja real sino su talento que como buenos actores de teatro. Cada mirada y cada diálogo contienen una química que quema la pantalla al punto de lograr una intimidad crujiente.
Cuenta la leyenda que esta producción fue la favorita del Primer Ministro británico Winston Churchill, quien la vio más de 80 veces, lo que no solo habla de la calidad del filme, sino también del modo en que la historia de amor de Nelson y Hamilton tocó fibras profundas en la Inglaterra de la época.
3. Caesar and Cleopatra (1945)
- Dirección: Gabriel Pascal
- Guión: George Bernard Shaw
- Producción: Gabriel Pascal
- Año: 1945
¿Otra de Cleopatra? Exacto. Antes de la conocida Cleopatra (1963) de Elizabeth Taylor, con más precisión 18 años atrás, Vivien Leigh encarnó a uno de los personajes más conocidos de la historia de nuestro mundo. En la épica Caesar and Cleopatra seguimos la historia conocida de estas figuras en donde Julio César (Claude Rains) es un general romano que intenta tomar el control de Alejandría, Egipto. Sin embargo, en esas conquistas conoce a Cleopatra y pone en riesgo su poder político.
Interpretar a la reina de Egipto es uno de los grandes desafíos que han marcado la historia del cine y sin dudas Leigh estuvo a la altura, con su mirada penetrante y postura que crearía un legado que luego retomaría Elizabeth Taylor.
Según TCM, a pesar de que la película se destacó por su diseño de producción despampanante para la época, no logró recuperar el alto costo de su presupuesto. Caesar and Cleopatra fue nominada al Oscar en la categoría de Mejor Dirección de Arte.
4. The Roman Spring of Mrs. Stone (1961)
- Dirección: José Quintero
- Guión: Gavin Lambert, Jan Read
- Producción: Louis de Rochemont, Lothar Wolff
- Compañía productora: Warner Bros.
- Basada en: la novela The Roman Spring of Mrs. Stone (1950) de Tennessee Williams
- Año: 1932
Después de obtener el reconocimiento definitivo con Un tranvía llamado deseo, Vivien Leigh volvió a sumergirse en el universo de Tennessee Williams con esta adaptación de su primera novela. En The Roman Spring of Mrs. Stone, dirigida por José Quintero, Leigh encarna a una estrella de cine que comienza a desmoronarse tras la muerte inesperada de su esposo. Viaja a Roma, donde se deja seducir por un joven gigoló (un entonces desconocido Warren Beatty), y comienza una relación que se convierte en una peligrosa búsqueda de sentido entre la decadencia y el deseo.
La película, envolvente y melancólica, explora la fragilidad del alma humana en el contexto de una sociedad que vive de las apariencias. Lotte Lenya, en el papel de la condesa que introduce a Leigh en este mundo sombrío de amor y desesperación, fue nominada al Oscar a Mejor Actriz de Reparto por su interpretación. En este filme, Leigh nos revela una vulnerabilidad profunda, una de las grandes fortalezas de su ventrículo interpretativo.