Nacido el 26 de noviembre de 1892 en Nueva York, Charles Brackett fue un guionista, productor y escritor cuyos aportes en el arte de las palabras lo convirtieron en una figura inevitable del cine clásico. En sus inicios, Brackett se dedicó a la escritura en medios y fue también crítico de teatro. En los años 20 y 30, empezó a formar una carrera en Hollywood que resultaría en más de 40 películas como guionista o productor.
En 1936, firmó contrato con la Paramount e inició una de las colaboraciones más icónicas de la industria junto a Billy Wilder. Empezaron creando los guiones para directores que ya tenían su prestigio en Hollywood, incluidos Mitchell Leisen, Howard Hawks y Ernst Lubitsch. Cuando Wilder dio el salto hacia la dirección, Brackett lo siguió en su primer periodo.
Juntos realizaron 16 colaboraciones de guion que incluyen: Ninotchka (1939), Midnight (1939), Hold Back the Dawn (1941), Ball of Fire (1941), The Major and the Minor (1942) The Lost Weekend (1945), A Foreign Affair (1948) y Sunset Boulevard (1950). La dupla, que en varios casos lo tiene a Brackett como productor y Wilder como director, fue una de las más fructíferas del cine de esta era y nos dejó algunos de los guiones más ingeniosos y memorables del séptimo arte.
En esta época y en el marco de sus trabajos para la Paramount también escribió el guion de To Each His Own (1946) junto a Jacques Théry, que tuvo una enorme recepción, y The Mating Season (1951), ambas dirigidas por Mitchell Leisen. Tras terminar su asociación con Wilder en 1950, se trasladó a la Fox y fue guionista y productor de Niagara (1953) y Titanic (1953). También produjo más de 10 películas, incluida The King and I (1956) de Walter Lang.
A veces la supremacía actual del director puede llevarnos a olvidar el trabajo colectivo detrás de la producción cinematográfica, en el que el rol del guionista aporta la estructura fundamental para una gran obra. Uno de los periodos más fecundos de Billy Wilder trae asociada su colaboración con Brackett, con quien formaba una gran dupla, pero que era también un gran escritor por su cuenta. Y no son pocas las comedias románticas con mezcla de sátira, así como los dramas intensos, que nos quedan como testimonio de ello.