
Una candente comedia
El Hollywood dorado tuvo a sus titanes y uno de ellos fue Howard Hawks, un director que supo moverse en distintos géneros y fue uno de los orfebres en los principios de las comedias alocadas. En Ball of Fire (1941), el maestro une fuerzas con un dúo dinámico en el guion: Billy Wilder y Charles Brackett. Este dúo supo entregarnos los diálogos más abarrotados de ingenio, dobles sentidos y una energía vivaz tan característica como propia. Curiosamente, este sería el último trabajo de Wilder como guionista únicamente, ya que después de esta película decidió tomar las riendas como director de sus próximos proyectos.
Había una vez…
Nos trasladamos a una Nueva York que se siente casi encantada. Aquí conocemos a un grupo de ocho profesores excéntricos que dedican sus días a la monumental tarea de escribir una enciclopedia. Entre ellos está Bertram Potts, interpretado por un entrañable y algo ingenuo Gary Cooper. La monotonía intelectual de este peculiar equipo se ve sacudida por la entrada de Sugarpuss O’Shea, una bailarina de cabaret con una chispa tan magnética como el talento de Barbara Stanwyck.
Acá Stanwyck y Cooper, dos nombres gigantes de la época, se aventuraron en roles poco habituales en sus carreras. Cooper, alejado del héroe de sombrero y revólver, nos regala un Potts cálido y vulnerable, mientras que Stanwyck, con su picardía habitual, explora un registro encantador y juguetón que impregna cada plano en que aparece.
El verdadero fuego de Ball of Fire radica en ese choque hawksiano de mundos: el intelectual frente al impulsivo, el académico frente al visceral. Aquí, las situaciones disparatadas no solo son terreno para la risa, sino para el cruce entre diferencias, donde ambos lados encuentran algo nuevo que admirar. La película despliega diálogos que bailan entre el slang más descarado y las metáforas brillantes, convirtiéndose en un juego constante de ingenio y seducción.
¿Y qué decir de esas escenas icónicas? Imposible no mencionar a Stanwyck enseñando a un grupo de viejitos profesores los pasos de conga o el explosivo drum boogie que se transforma en una rasgadura ardiente en ese microcosmos de intelectualidad. Ball of Fire es una comedia brillante donde los mundos más improbables se encuentran para deslumbrar juntos.