Tony Curtis

Fotografía retrato de Tony Curtis

Ha llegado el momento de celebrar al gran Tony Curtis, un actor cuya carrera incluye más de cien películas en una amplia variedad de géneros, desde el noir hasta la comedia.

Tony creció en el Bronx bajo el nombre de Bernard Schwartz y, tras servir en la marina durante la Segunda Guerra Mundial, fue a probar suerte a Hollywood a los 23 años. En 1949, obtuvo sus primeros pequeños roles con Columbia y adoptó su nombre artístico.

Su primer papel protagónico llegó con la película de capa y espada The Prince Who Was a Thief (1951), protagonizada también por Piper Laurie. Con ella realizaría al año siguiente la comedia No Room for the Groom dirigida por Douglas Sirk.

En 1953, recibió un gran reconocimiento por su trabajo en Houdini, la primera de cinco películas que realizaría con Janet Leigh, su esposa en ese momento. El resto incluye The Black Shield of Falworth (1954), The Vikings (1958), The Perfect Furlough (1958) y Who Was That Lady? (1960).

Si bien sus inicios trajeron una popularidad moderada, el mayor éxito llegó durante la segunda mitad de la década del 50. En esta época protagonizó Trapeze (1956) de Carol Reed y el film noir Sweet Smell of Success (1957), ambos junto a Burt Lancaster.

Pero el rol que lo convertiría en una estrella inolvidable sería su triple caracterización en Some Like It Hot (1959), la espectacular comedia de Billy Wilder. Allí compartió pantalla con Jack Lemmon y Marilyn Monroe en una de las interpretaciones más destacadas de su carrera.

La profunda admiración que sintió por Cary Grant en Destination Tokyo (1943) lo llevó a unirse a la marina cuando era joven y a rendirle homenaje con una impecable imitación en el rol del Shell Oil Junior en la comedia de Billy. Por esas cosas mágicas del universo de Hollywood de aquellos tiempos, tuvo la oportunidad de trabajar con Cary y fusionar mundos en Operation Petticoat (1959), una comedia de temática de guerra junto a su ídolo.

La comedia se vio brevemente interrumpida con la participación en el drama histórico Spartacus (1960) de Stanley Kubrick, que cuenta con un elenco excepcional que incluye a Kirk Douglas, Laurence Olivier, Jean Simmons y Charles Laughton. Otro papel dramático de la época fue el de The Boston Strangler (1968) de Richard Fleisher, por el que tuvo un gran recibimiento del público.

Sin embargo, durante gran parte de los años 60, su foco continuó en las comedias. Entre ellas se destacan The Great Race (1965), con Natalie Wood y Jack Lemmon, y la farsa de dormitorio Boeing Boeing (1965), con Jerry Lewis.

Por su habilidad para deslizarse entre diferentes estilos y genéros, así como de brillar en roles excepcionales, el paso de Tony Curtis por la tierra del cine es ineludible para los que amamos el cine de estos tiempos.

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