El músico destacado de este mes merece una sección aparte, ya que se trata de una de las figuras centrales del jazz de la primera mitad del siglo XX. Estamos hablando del cantante, compositor y líder de banda Cab Calloway, nacido el 25 de diciembre de 1907 en Rochester, Nueva York, como Cabell Calloway III.
Inspirado por su hermana mayor Blanche, directora de su propia banda de jazz, Cab empezó a estudiar música durante sus años de secundaria. En esta época, dio sus primeras presentaciones en clubes nocturnos, bajo la guía de artistas del mundo del swing como Chick Webb y Johnny Jones.
En 1927, viajó junto a la banda de su hermana a la ciudad de Chicago, considerada la capital del jazz en esa época. En uno de los clubes más importantes de la ciudad, el Sunset Café, Cab conoció al gran Louis Armstrong, con quien realizaría actuaciones regularmente y de quien se dice que aprendió la técnica del scat.
Los años 1930s lo encontraron en Harlem, interpretando en los famosos Savoy Ballroom y Cotton Club ya con orquesta propia. En 1931, reemplazó a la banda de Duke Ellington en este último club y la popularidad siguió en ascenso. Ese mismo año, grabó Minnie the Moocher, la canción más famosa de Cab, cuyo single llegó a vender un millón de copias. El éxito del tema, que incluye una sección de llamada y respuesta -con su banda y con la audiencia- a puro scat, le otorgó el apodo de «The Hi De Ho Man».
El magnetismo de Cab no tardó en llegar a la pantalla grande. Entre sus incursiones en el mundo del cine, fue parte del reparto del musical Stormy Weather (1943), junto a otros grandes artistas como Lena Horne, Bill ‘Bojangles’ Robinson, Fats Waller y los Nicholas Brothers.
Tras el descenso de la popularidad de las big bands durante los años 1940s, Cab se vio forzado a desarmar su orquesta y continuó con un sexteto y como solista durante los años siguientes. En 1980, apareció en el film The Blues Brothers, en el que interpreta su hit Minnie the Moocher tan brillantemente como en los años 1930s.
A lo largo de sus más de 60 años de carrera, Cab demostró ser un músico completísimo y un entertainer natural. Combinando la destreza vocal, el baile y el humor, conformó un espectáculo de swing único que influyó no sólo en el ámbito del jazz, sino en la música popular en general.