Edward Kennedy Ellington nació el 29 de abril de 1899 en Washington, D.C., en el seno de una familia de pianistas. Durante su infancia tuvo acceso a la educación musical y aprendió a tocar el piano, instrumento al que se dedicó más seriamente a partir de su juventud. Su elegancia y buenos modales, inculcados por su madre desde pequeño, le otorgaron el sobrenombre de «Duke» (duque) entre su grupo de amigos.
En 1917, formó su primer grupo, llamado The Duke’s Serenaders, con el cual realizó presentaciones y adquirió reconocimiento en el área de D. C. Luego, se trasladó al lugar que pronto se convertiría en el centro de la escena del jazz y del renacimiento de la cultura afroamericana: el barrio Harlem de Manhattam, New York City. Allí lideró la Kentucky Club Orchestra que llegó a tener diez miembros.
El sonido distintivo de su grupo en esta época se caracterizó por las melodías bluseras, efectos en el trombón y la trompeta como el gruñido y el uso del wa-wa, una forma de mutear el instrumento para modificar el timbre y el volumen del sonido y asemejarlo al lenguaje hablado.
En 1927, su orquesta fue elegida como la banda oficial del Cotton Club, uno de los clubes nocturnos más importantes y exclusivos durante los años 1920s y un lugar esencial en el desarollo del swing. El club también realizaba una trasmisión de radio, lo que permitió que la música de Duke se escuchara a lo largo del país. Duke permaneció en el club hasta 1931. Luego volvería para un segundo período en 1937. Durante esta época, el músico expandió sus composiciones y grabaciones y se inició en el mundo del cine.
A pesar de las dificultades de la Gran Depresión, Duke continuó grabando y realizó giras por Europa durante la década de 1930, lo que le otorgó fama internacional. Algunas de las grabaciones de esta época incluyen It Don’t Mean a Thing (If It Ain’t Got That Swing), In a Sentimental Mood y Mood Indigo.
En 1939, Duke se asoció con el compositor y arreglador Billy Strayhorn, con quien trabajaría en la composición de canciones por casi treinta años. De esta colaboración surgió un tema que pronto se convertiría en el himno de la banda de Duke: Take the «A» Train, de 1941.
A lo largo de su extensa carrera, Duke Ellington realizó más de mil composiciones, contribuyendo enormemente al desarrollo del jazz y la cultura norteamericana del siglo XX. Hasta el día de hoy, permanece como uno de los músicos de jazz más importantes de la historia.