Es un frío domingo de enero de 1938 en New York City. Hace semanas que se agotaron las entradas para uno de los eventos más importantes de la historia del jazz. El swing de las big bands está por hacer su entrada triunfal en el mundo de la música clásica. Es 16 de enero y Benny Goodman se presenta en el Carnegie Hall, una de las sedes de conciertos más famosas del mundo.
La banda del Rey del Swing abre el concierto con Don’t Be That Way, seguido de Sometimes I’m Happy y One O’Clock Jump. Tras las primeras canciones, se da inicio a la sección Twenty Years of Jazz que repasa la historia del género y comienza con Sensation Rag, una de las primeras grabaciones de jazz.
Luego se prepara la Jam session, una sesión de improvisación sobre el tema Honeysuckle Rose, con solos de Harry James y Count Basie, entre muchos otros. El concierto avanza y suenan los temas más famosos de la banda, como Body and Soul y Stompin’ at the Savoy . Los aplausos y el entusiasmo del público van en aumento.
Finalmente llega Sing Sing Sing. Los distintos solos se suceden y es el momento cúlmine de la función. Sobre el final, Benny Goodman inesperadamente le pasa el solo a Jess Stacy, el pianista, que da una clase magistral de improvisación. Es jazz en su estado puro.