“Skip the water. Make that one with scotch. It’ll save time”. Frases como ésta son propias de un tipo como Philip Marlowe, nuestro detective de Murder, My Sweet (1944), película dirigida por Edward Dmytryk y con un gran elenco que incluye a Dick Powell, Claire Trevor y Anne Shirley. Este film noir es una transposición fílmica de la novela negra Farewell, my lovely (1940) de Raymond Chandler.
Ya en los primeros minutos del filme, Marlowe (Dick Powell) aparece rodeado de policías y por medio de un largo flashback -que abarca la mayor parte del filme- les cuenta lo sucedido. Como espectadores estamos inmersos en los acontecimientos que relata el detective.
El protagonista se topará ni más ni menos que con el grandulón Moose Malloy, aunque habrá alguien peor: Jules Amthor. Amthor lo droga con inyecciones y lo mantiene encerrado en su casa. De esta forma vemos cómo la figura del detective arriesga su vida, de forma similar al Sam Spade de Dashiell Hammett. Lo que tienen en común ambos detectives es que sus vidas corren peligro continuamente.
Con respecto a las mujeres que pasan por la vida de nuestro detective. Por un lado, tenemos a Ann Grayle (Anne Shirley) que con su encanto se hará pasar por otra persona -Srita. Allison- hasta ser descubierta su verdadera identidad a los pocos minutos por Marlowe. Por otro lado, la verdadera femme fatale del filme es Helen Grayle (Claire Trevor).
En conclusión, es un film noir que genera intriga de manera constante y se presenta a medida que se desarrolla el filme una gran construcción del personaje de Marlowe. Al fin y al cabo, el protagonista deberá sortear miles de obstáculos sin saber qué le depara el futuro. Este fue el último filme de Anne Shirley, que decidió retirarse muy joven.