
Continuamos esta bella sección con un peliculón del cine nacional. Tita Merello y Pepe Arias protagonizan un drama que es también una comedia, un romance y, un poco, un noir. Tiene la dirección del gran Lucas Demare y se estrenó el 3 de febrero de 1955.
Mercado de Abasto nos lleva a recorrer este proveedor de frutas y verduras ícono de la Buenos Aires del siglo XX y a conocer a quienes se ganan el mango allí. Entre ellos se encuentran Paulina, una vendedora de pollos que se enamora de un rufián, y Lorenzo, un dueño de un negocio de frutas que la quiere en secreto y tiene intrincados problemas con el cobrador de impuestos.
La trama oscila entre la comedia más brillante y los diálogos más veloces, con la cadencia única del decir del alucinante Pepe Arias, y el drama más intenso en las peripecias que puede enfrentar una mujer que -hoy diríamos, pese a las gigantes red flags– elige mal en el amor. Hay un momento cerca de la mitad del film que condensa este cóctel de registros y emociones; tiene que ver con Pepe, un funeral y una cámara sublime. Un humor exquisito.
En la mezcla de géneros también tenemos un chispazo de musical, con un número que quedó para la historia. En medio de una competencia de picnics con el Mercado del Plata, Tita se adueña de la orquesta de los adversarios -que es la de Francisco Canaro, autor de la milonga- para interpretar su inolvidable y contundente Se dice de mí.
Los personajes están envueltos en profundos aires porteños: los inmigrantes, el acento y el voseo no nos dejan dudar de cuál es mundo en el que estamos inmersos. En él se abre paso una bella historia de entrega, cariño, cuidado y sacrificio, con un constante y afilado humor argentino.