
Qué sería del cine de los años 50 sin la presencia emblemática de William Holden, protagonista de algunas de las más grandes historias de Hollywood. Nació el 17 de abril de 1908 en O’Fallon, Illinois y se interesó por la actuación desde joven.
Su camino por el cine comenzó en 1939 con Golden Boy. Allí interpreta a un joven boxeador junto a un reparto que incluye a Aldophe Menjou, Lee J. Cobb y Barbara Stanwyck, quien le enseñó las bases de actuar frente a cámara y se convertiría en una amiga de toda la vida.
Bajo contrato de la Paramount pero prestado a otros estudios como Warner y Columbia, trabajó en la película de gánsteres Invisible Stripes (1939) de Lloyd Bacon, el film de guerra I Wanted Wings (1941) de Mitchell Leisen y la comedia romántica Meet the Stewarts (1942), una de sus últimas producciones antes de ir a la guerra.
A su regreso, protagonizó una de las películas más exitosas de RKO en 1948: el drama sobre los primeros años de Estados Unidos, Rachel and the Stranger, junto a Robert Mitchum y Loretta Young. Ese mismo año se reunió con Cobb para incursionar en el film noir con The Dark Past.
Pero será un tal Billy Wilder el que lo ubicará en la primera plana de las estrellas con Sunset Boulevard (1950). En este oscuro clásico nos brinda uno de sus papeles más inolvidables, el de Joe Gillis, un guionista de Hollywood tapado de deudas que debe caer en las redes de una antigua estrella de cine mudo olvidada y loca. En el otro extremo de la tragedia, se convirtió en el periodista galán que educa a Judy Holliday en Born Yesterday de George Cukor.
Con Wilder trabajó dos veces más en Stalag 17 (1953), que le valió el Oscar, y como el galán adorado por Audrey Hepburn y devenido en tercero en discordia en Sabrina (1954). Ese año dio un discurso digno de las tablas como líder del extenso reparto de Executive Suite de Robert Wise y fue el director teatral que intenta sacar a Bing Crosby de la miseria en The Country Girl de George Seaton.
Su mayor nivel de estrellato llegó en 1957 con The Bridge on the River Kwai de David Lean. Con la transformación del cine en los años 60, su carrera continuó con menor intensidad hasta 1981, el año de su muerte. Algunas películas de este período incluyen su reunión con Audrey Hepburn en Paris When It Sizzles (1964) y el western revisionista The Wild Bunch (1969).
Habitualmente descrito como el héroe cínico y pesimista de la pantalla, las actuaciones de Bill Holden son mucho más que la respuesta a un arquetipo. Sus interpretaciones siempre parecen aportar el tipo de energía que balancea una trama; la dosis de comedia en el romance, de justicia en la impotencia, de realismo en la tragedia.