West Side Story (1961) – Robert Wise

Póster de West Side Story

Esta introducción puede sonar un tanto cliché pero muchas veces es difícil enfrentar el teclado y poner en palabras todo lo que se puede desprender de una película a la que apreciás con todo tu ser desde el primer momento que la viste, y más si ese momento fue en la adolescencia cuando la piel es blanda y se eriza ante lo grande con más facilidad. La obra cinematográfica a la que me refiero en este prólogo que suena a excusa es la inigualable West Side Story o Amor sin Barreras de 1961.

Como uno de los musicales más bellos de la historia, West Side Story sigue siendo hoy un verdadero festín cinematográfico. Las actuaciones son vibrantes, las coreografías llenas de vida, la música inolvidable y la historia intemporal. Se trata de una prueba irrefutable de que el cine es una alquimia perfecta de múltiples talentos que se unen para crear una obra maestra.

Y hablando de talentos, West Side Story contó con el trabajo de dirección altamente quirúrgico del maestro Robert Wise, un cineasta capaz de pasearse cómodamente en cualquier género en el que pudiese moldear una historia a la perfección. A su lado están la música de Leonard Bernstein y letras de Stephen Sondheim, junto con las coreografías vibrantes de Jerome Robbins, quien también co-dirigió. Todo este séquito de agudeza trasladó la exitosa adaptación de la obra de Broadway de 1957 a la pantalla grande, donde la tragedia al estilo moderno de Romeo y Julieta se embebe de un technicolor apasionante en medio de los barrios marginales de Nueva York en la década de 1950.

West Side Story explora la rivalidad entre dos pandillas juveniles: los Jets, de clase trabajadora blanca, y los Sharks, de origen puertorriqueño. Cuando Tony, un miembro de los Jets (interpretado por Richard Beymer), se enamora de María, la hermana del líder de los Sharks (la inolvidable Natalie Wood), parece surgir la esperanza para ambos. Sin embargo, como en toda desgracia, la adversidad pronto se interpondrá en el camino de esta pareja incomprendida.

Esta película es uno de los diez musicales que han logrado ganar un Óscar en los 96 años de historia de estos premios. Contó con 11 nominaciones y ganó en diez categorías. Sin embargo, la que hizo historia fue la actriz secundaria, la increíble Rita Moreno, que con su Anita, un personaje entrañable y espectacular, alzó el primer Oscar para una latina, lo que se convirtió rápidamente en un hito para la comunidad latina e hispana. Ella nos regaló la escena indeleble en la que baila con su vestido lavanda y pronuncia “I like to be in America”, una frase que inmortalizó el sueño americano.

Más allá de ser una historia clásica con un ritmo ágil y una puesta en escena detallista, acompañada de actuaciones realistas, West Side Story se sostiene sobre los sentimientos más puros que han definido al buen cine: la sed de amar y el enamoramiento sin prejuicios. ¿Acaso hay algo más ingenuo y hermoso que sentirse bella simplemente por las mariposas en el estómago y jugar con lo que llevás puesto? En el número I Feel Pretty, la expresión de Natalie Wood refleja exactamente lo que uno siente al disfrutar del buen cine.

  • Foto de perfil de Mery Linares

    Soy una humilde amante del cine clásico de Hollywood. Cada vez que veo una película de esa época, la historia revive y, con ella, también yo. Defiendo a los musicales con el alma porque, como decía Gene, ahí se bailan sueños. Con el cine de antes mi corazón siempre encuentra su ritmo y acá, como redactora de Edición Sunset, espero que encuentren el suyo.

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